Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://inesnvqn524207.win-blog.com/19514561/francia-se-queda-sin-su-estrella-tras-el-cabezazo-de-zidane